VamoSaCriticArte

Considerando las numerosas posibilidades con las que podemos contar al escribir una crítica y centrándonos en el ámbito del arte, este blog ha nacido para dar cabida a todo tipo de espectadores.

Desde puntos de vista diferentes y en ocasiones incluso enfrentados pretendemos no sólo despertar el interés sino conseguir que, quien lo lea, albergue un amplio abanico donde poder encontrarse sin sentir que es una misma ideología la que caracteriza todo comentario.

Dejamos, por último, una observación de Octavio Paz sobre la crítica del arte "Nada podemos decir sobre un cuadro, salvo acercarlo al espectador y guiarlo para que repita la prueba".

Pasemos a la acción.

sábado, 20 de marzo de 2010

El arte de especular

El arte de especular. La noche temática
Documental: La gran burbuja del arte contemporáneo
Director: Ben Lewis.
Año: 2009
http://www.megavideo.com/?v=SYQH94XU

Ben Lewis (comentarista y crítico de arte) dedica durante un año su trabajo a recorrer las casas de subastas y entrevistar coleccionistas y marchantes de arte con el objetivo de buscar una respuesta al incremento masivo del precio de las obras de arte y cómo la crisis puede afectar al mercado.

Ahora nos toca a nosotros tener la palabra. ¿Qué está pasando con el arte contemporáneo que no deja de sembrar polémica allá donde va? Si no son las obras que se salen de los límites es el dinero que se genera en torno a ellas, el descontento del público o la crisis del mercado. Y si el caso es protestar, protestemos bien.

La crisis, que hasta ahora se había mantenido al margen del mercado del arte, está empezando hacerse notar.

Según afirma Ben Lewis, en febrero de 2009 el volumen de negocio de la casa de subastas de Sotheby’s cayó un 75%. Este dato puede resultar desalentador, pero también es cierto que las ventas se siguen produciendo, especialmente cuando la pieza en cuestión genera verdadero interés y se le da la publicidad adecuada.

En cincodias.com comentan “la crisis saca del mercado a los especuladores del arte”:

“Para dar una idea de la situación actual del mercado, Sofía Urbina relata el caso de un coleccionista que pagó medio millón de dólares por una fotografía de Cindy Sherman, artista cuya cotización alcanza el millón de dólares. Es la realidad que está sufriendo el mercado americano. La parte buena, coinciden los expertos, es que la crisis está dejando fuera a los especuladores.”
Por los datos que leemos quizás debamos volcar la culpa enteramente en la crisis económica, que infecta todos los mercados sin olvidar el nuestro. Una posición cómoda y sencilla que nos permiten quejarnos desde nuestro sillón sin tener que cuestionarnos la posibilidad de que el fallo también esté en el mal uso de la palabra “arte”.

¿Qué es arte hoy en día? Los coleccionistas se tiran de los pelos unos a otros soltando por su boca cantidades que en ocasiones ni siquiera han tenido la oportunidad de aprender a valorar. La ley del más fuerte prevalece frente a cualquier otra, quien tenga más dinero gana. Hasta aquí todo perfecto, una obra "se valora justamente según su interés artístico y alguien con especial predilección por ella la adquiere saciando así su sed".

El problema lo encontramos cuando “aquello por lo que aseguramos sentir una sensibilidad especial” cambia su nombre por el de dinero. La palabra mágica ya sido pronunciada, a partir de aquí entramos en el círculo vicioso de la bellas artes.

El mal uso, la especulación, las prácticas monopolistas irrumpen todos los mercados, y ya conocemos el refrán “mal de muchos… prefiero no acordarme de lo que le sigue. Esa es la justificación de los manipuladores, ese…consuelo de tontos” donde esconderse para no encontrarse con su propia suciedad.

En el documental vemos claramente cómo muchos representantes pujan por obra de sus propios artistas para asegurar un buen precio en las subastas. La casa de subastas Sotheby’s de Nueva York fue investigada a raíz de prestar dinero a uno de sus postores con la intención de disparar el precio de la obra “Los lirios” de Van Gogh.
Observamos también cómo una práctica tan noble y altruista como sería donar obras de tu propia colección a museos o fundaciones se convierte en una gran ventaja fiscal. Cuanto mayor sea el precio de la obra donada menos serán los impuestos a pagar. Ni que decir tiene quién paga entonces esos impuestos que unos cuantos se han ahorrado.

Podríamos continuar citando una a una estas “pequeñas infracciones” que se comenten por amor al arte. Pero no quiero aburrir a nadie.

Aquí dejo comentarios que me han llamado la atención en alguna de las entrevistas de Lewis:

“Estos grandes loft del S.XXI en Manhattan necesitan obras hermosas y grandes” “Creo que se pueden hacer muchas comparaciones entre la Florencia del S.XVI y la época que estamos viviendo ahora, porque aquel también fue un tiempo de gran riqueza e innovación” Francis Outred (especialista en arte contemporáneo)
“Muchos buscan lo último, lo más nuevo. El arte como mercancía que puedes usar para adquirir cierto estatus” Aby Rosen (coleccionista y marchante)
“Y la ilusión es que el mercado de las subastas es el verdadero mercado y es una ilusión porque es fácil manipular” Josh Baer (periodista del mercado artístico, escritor del boletín The Baer Faxt).

Ahora que conocemos lo que piensan algunos de los nombres más reconocidos en el arte actual y hemos visto cómo están las cosas, nos toca a nosotros especular.

La burbuja del arte contemporáneo se encuentra dentro de un contexto todavía peor, la burbuja de la sociedad contemporánea. Hemos llegado a un punto donde el todo vale se ha convertido en leitmotiv, donde lo bueno se juzga por la cantidad de ceros que lleve detrás.

Con esta afirmación no quiero referirme a que el arte actual no tenga calidad o que ya no se hagan piezas buenas, tan sólo me interesa destacar la enorme depresión que en mi opinión estamos viviendo en todos los ámbitos. La indiferencia que mostramos frente a ciertas prácticas “poco ortodoxas” consigue seguir alimentado la vanidad de aquellos que se lucran en el nombre del arte.

Si bien es cierto que “quien vale prevalece, y quien no desaparece” puede que haya llegado la hora de refrescar la imagen de un sector que se está volviendo cada vez más hermético. La hora de la acción, de apartar la teoría y levantarse de ese cómodo sofá con mando a distancia dónde poder ver documentales y criticar fortuitamente lo que “están haciendo ahí fuera”.

“En ciertos momentos un gran número de idiotas tienen una enorme cantidad de dinero idiota” Walter Bagehot.

Amén.



-sara-

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